Atención y Apoyo Psicosocial

EN ESTA PÁGINA PUEDES LO QUE SE ANUNCIA EN ESTE ÍNDICE:

1.-EJERCICIOS DE AUDICIÓN
2.-UNIDAD: LAS HABILIDADES SOCIALES
3.-UN ENLACE Y UN VÍDEO SOBRE ALZHEIMER (BICICLETA, CUCHARA, MANZANA...sobre P. MARAGALL)
4.-UN ENLACE SOBRE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.


ABRAMOS CON ALGUNOS JUEGOS...AUDICIÓN...SORDERA
En cada unidad abriremos con un caso práctico que el alumno o la alumna deberá resolver una vez hay analizado los contenidos de la misma...Puede intentar hacerla previamente a la lectura de la unidad....y luego ajustar..enmendar, corregir...modificar...o rehacer

UNIDAD 1: Habilidades Sociales... básicas para la Atención y Apoyo Psicosocial a personas con dificultades

Tarea 1:
David, técnico en atención sociosanitaria, acude a casa de Irene, una usuaria de 85 años de edad, la cual tiene dificultades para desplazarse y está perdiendo capacidad auditiva y de visión.
Al llegar David saluda pero no se percata que no ha recibido contestación por parte de Irene. Comienza a realizar sus tareas y no se da cuenta del estado de Irene, está triste y comienza a llorar.
David e Irene siempre han mantenido una relación cordial, pero la comunicación entre ellos puede mejorarse. David debe tener presente que el mantenimiento de una adecuada relación con Irene es uno de los pilares fundamentales de su trabajo. 
El alumno ha de elaborar un trabajo por escrito, en formato Word, de no más de dos hojas (un folio a dos caras) de extensión, donde basado en la situación planteada, responda a las siguientes cuestiones:
  • ¿Qué objetivos se trazará David en su trabajo con Irene?
  • ¿Qué factores del entorno pueden influir en las relaciones sociales de Irene y cómo le afectan?
  • Averigua y distingue entre autoconcepto y autoestima. ¿Cómo piensas que son, autoconcepto y autoestima, en Irene? ¿puede influir en sus relaciones sociales?
  • ¿Qué tipo de habilidades puede poner en juego David en su relación con Irene para lograr sus objetivos?
  • En relación con las habilidades anteriores expón qué técnicas, relacionándolas con las habilidades concretas,  puede ejercitar David para un adecuado desarrollo de las mismas

Teoría
 
PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES PARA NIÑOS Y JÓVENES CON SÍNDROME DE DOWN

EMILIO RUIZ RODRÍGUEZ. PSICÓLOGO
FUNDACIÓN SÍNDROME DE DOWN DE CANTABRIA
e-mail: emilioruiz_rodriguez@ozu.es

            La normalización e integración de las personas con Síndrome de Down (SD) se basa en gran medida en el logro de unos niveles mínimos de independencia y autonomía personal, que les permitirán en un futuro más o menos próximo, la consecución de una integración social adecuada.

            Todo programa educativo dirigido a personas con Síndrome de Down debe preparar para su futura integración en la sociedad y por tanto, dicho objetivo ha de estar de manera más o menos implícita, presente en todo nuestro quehacer educativo. La actividad formativa cotidiana ha de incluir contenidos distintos a los académicos exclusivamente: habilidades de autonomía personal y habilidades sociales. Por otro lado, determinados aspectos fundamentales para la adaptación social, son enseñados de forma natural en el entorno familiar y los hijos sin discapacidad los adquieren habitualmente de forma espontánea, sin darse cuenta. Sin embargo, los niños con SD no lo harán o lo harán de forma inadecuada si no se utilizan con ellos programas adaptados.

            Respecto al tema de las habilidades sociales se dan dos características peculiares en el caso del síndrome de Down (SD):
  • “Visibilidad”. A los niños con síndrome de Down se les detecta su discapacidad prácticamente desde que nacen, por sus peculiaridades fenotípicas externas. De adultos también se les reconoce que tienen SD en cuanto se les ve. Las habilidades sociales entran por los ojos, son instantáneas, visuales, fotográficas.
Esto que en un principio puede parecer negativo, tiene también sus ventajas. Por un lado, se les atiende desde que nacen (sospecha + cariotipo = intervención temprana) Por otro, se han utilizado como prototipo de la discapacidad intelectual en muchos casos, por ejemplo, en campañas publicitarias. En general, al participar en entornos sociales normalizados, la actitud del resto de la población suele ser positiva, de acogida, una vez superada la desconfianza inicial, muchas veces fruto del desconocimiento.
  • Curiosa “paradoja” en el trato con las personas con SD en sus relaciones sociales: Se les consienten conductas que no se admitirían a otras personas (“pobrecillo”, bastantes problemas tiene), y al mismo tiempo se da cierta extrañeza ante sus conductas adecuadas.
Se les ha de exigir un comportamiento semejante al de cualquier ciudadano en situaciones sociales, e incluso en algún caso, algo más exquisito que a los demás, debido a que se les va a observar con mayor detenimiento cuando se incorporen de forma habitual a entornos ordinarios.

            Las habilidades sociales preparan a la persona con SD para la plena integración en la sociedad, cuando alcancen la etapa de adulto, la más larga e importante en la vida de cualquier ser humano. No puede dejarse al azar o presuponerse la adquisición de un aspecto tan importante de su educación.


·         LAS HABILIDADES SOCIALES

            La comunicación interpersonal es una parte esencial de la actividad humana. El hombre es un animal social y el discurrir de nuestras vidas e incluso la calidad de las mismas están determinados, al menos parcialmente, por el rango de nuestras habilidades sociales. Por supuesto, las personas con síndrome de Down no son una excepción a esta máxima.

            Aunque en mayor o menor medida todos tenemos una idea bastante exacta de cuándo un individuo se está comportando de forma competente en una situación social dada, el definir lo que constituye una conducta socialmente habilidosa no es tarea fácil, excepto sobre una base intuitiva o de sentido común. Ocurre, como tantas otras veces que, aunque todos sabemos lo que es, los expertos no llegan a un acuerdo sobre su definición.

            Según la definición de Vicente E. Caballo, la conducta socialmente habilidosa comprende el “conjunto de conductas emitidas por un individuo en un contexto interpersonal, que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de modo adecuado a la situación, respectando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación, mientras reduce la probabilidad de futuros problemas”.

            De una forma sencilla, podríamos decir que el término “habilidades” hace referencia a un conjunto de capacidades de actuación aprendidas y el término “sociales” las enmarca en un contexto interpersonal. De ahí que, si son aprendidas, en el caso de los niños con SD no hemos de dar por supuesto nada en cuanto a su conocimiento. Tanto en el caso de las habilidades sociales como en las de autonomía personal, hemos de partir de la hipótesis de que lo han de adquirir todo, aunque estrictamente no sea cierto, pues sus limitaciones biológicas les impiden alcanzar, en ocasiones, habilidades que otros niños adquieren espontáneamente. Hemos de enseñarles cada habilidad, dejando que el niño o la niña con SD la practique y no darla por aprendida hasta que nos demuestre que es capaz de hacerlo y que lo hace habitualmente en distintos entornos sociales.

            Por otro lado, ha de quedar claro que son aprendidas, no innatas. No nacemos sabiendo ponernos una chaqueta, ni llamar por teléfono o llevar una conversación. Todas estas conductas que nosotros realizamos inconscientemente, están compuestas por multitud de pequeños pasos, cada uno de los cuales requiere de unas capacidades específicas. Hemos de enseñar a los niños con SD a hacer todo esto y siendo conscientes de que necesitarán más tiempo que otros para adquirirlo. No obstante, pueden llegar a adquirir un nivel cercano al de los niños de su edad en al ámbito de las habilidades sociales, aunque necesiten más tiempo o un entrenamiento más sistemático.


·         CARACTERÍSTICAS DE LAS HABILIDADES SOCIALES

            Si no se ha llegado entre los especialistas a un acuerdo explícito sobre lo que constituye una conducta socialmente habilidosa, ello es debido a determinadas características de las habilidades sociales.

1.- La conducta social adecuada es parcialmente dependiente del contexto cambiante, es decir, está en función de las circunstancias, del momento y el lugar en que una persona se interrelaciona con otra y otras. Las personas con SD tienen serias dificultades para realizar una correcta discriminación entre distintas situaciones.  Les cuesta diferenciar las circunstancias cambiantes en que es correcto o incorrecto realizar una determinada conducta. La mayor parte de la gente, por ejemplo, sabe que un comportamiento que es consentido en el contexto familiar, por ejemplo en la mesa, estaría mal visto en otro contexto social, como un restaurante, y en base a ese conocimiento, se actúa de distinta forma según el contexto. El niño con SD, sin embargo, por su dificultad de discriminación puede sentirse sorprendido de que le prohibamos en el restaurante lo que en casa le permitimos hacer. Por eso, en el entrenamiento en habilidades sociales de los niños con SD, se han de establecer unas normas básicas generales, válidas para la mayor parte de los contextos y circunstancias, empezando por la familia. De esta forma evitaremos confusiones y malos entendidos.

2.- La habilidad social debe considerarse dentro de un marco cultural determinado, y los patrones de comunicación varían ampliamente entre culturas y dentro de una misma cultura, dependiendo de factores tales como la edad, el sexo, la clase social o la educación. La habilidad social es el resultado de la normativa social imperante en un determinado momento en una determinada cultura; todos los integrantes de esa cultura, incluidas las personas con discapacidad, han de conocer y comportarse de acuerdo con esa normativa. No es infrecuente encontrarse, por ejemplo, con adolescentes con SD que saludan, besan y abrazan en situaciones sociales de forma inadecuada, demasiado efusivamente para lo considerado aceptable en nuestro entorno cultural. El conocimiento y uso de las normas sociales básicas es el requisito mínimo exigible para la plena integración social, mientras que las conductas inadecuadas conducen, con frecuencia, al rechazo y al aislamiento social.

3.- Las habilidades sociales varían a lo largo del tiempo. Las costumbres sociales, las modas y estilos de vestir y el lenguaje, por ejemplo, cambian durante la vida de una persona. Los niños y adultos con SD también han de adaptarse a estas variaciones temporales. Aún encontramos con cierta frecuencia a personas con SD vestidas con ropas anacrónicas, fuera de moda o propias de niños de menor edad o con peinados anticuados. La apariencia física es una habilidad social básica a la que se ha de prestar especial atención. También en el ámbito del lenguaje, hay familias que hablan a sus jóvenes y adultos con SD como si de niños se tratara, con diminutivos y palabras infantiles que, aunque tratan de ser cariñosas no se adaptan a la verdadera edad de la persona. Las conversaciones y el trato adecuados a su edad les permitirán, independientemente de sus limitaciones, sentirse aceptados y aceptarse tal y como son.

4.- El grado de efectividad de una persona dependerá de lo que desea lograr  en la situación particular en que se encuentre. La conducta considerada apropiada en una situación puede ser, obviamente, inapropiada en otra, en función de lo que se pretenda conseguir. Si el niño con SD en casa consigue lo que quiere con una pataleta o un pequeño lloro, intentará utilizar esa misma estrategia en otros ambientes (en casa de amigos, por ejemplo) y sin embargo, esa conducta no es socialmente aceptable. Es fundamental el establecimiento de unas normas básicas útiles para el mayor número de situaciones posibles, consensuadas con toda la familia y que el niño ha de conocer y respetar.

            Claramente no puede haber un criterio absoluto de habilidad social. No obstante, todos sabemos cuándo una persona se comporta de forma adecuada, y podemos definir una respuesta competente como aquella en la  mayor parte de la gente está de acuerdo en que es apropiada para un  individuo en una situación particular. Esta definición “de sentido común” nos puede servir para enfocar el proceso educativo de las habilidades sociales.

·         ADQUISICIÓN DE LAS HABILIDADES SOCIALES

            La niñez es, sin duda, un periodo crítico en el aprendizaje de las habilidades sociales. Éste depende, por un lado, de la maduración y por otro, de las experiencias de aprendizaje. Los niños con SD adquieren las habilidades sociales del mismo modo que los demás, aunque se han de tener en cuenta algunas de sus características a la hora de planificar el proceso de enseñanza. Los procesos de aprendizaje por los que habitualmente se adquieren las habilidades sociales son:

1.- Enseñanza directa. Las habilidades sociales se transmiten por medio de instrucciones, dando la información de lo que es una conducta adecuada en una determinada situación. “No hables con la boca llena” o “lávate las manos antes de comer” son típicos ejemplos. En el caso de los niños con SD se han de tener en cuenta sus dificultades de percepción por el canal auditivo y de asimilar varias órdenes dadas de forma secuencial, entre otras razones por sus limitaciones en la comprensión lingüística. Si les damos una instrucción hemos de comprobar previamente si nos prestan atención, si nos escuchan al darles la información, si comprenden lo que les decimos y si cuentan con la capacidad necesaria para realizar la conducta. Teniendo en cuenta todos estos factores, se aprecia que no es éste el mejor modo de enseñarles habilidades sociales y de autocuidado personal.

2.- Modelado o aprendizaje por medio de modelos. Los niños observan a sus padres, a otros adultos o a otros niños interactuando e imitan lo que ellos hacen. Es el llamado aprendizaje por observación o vicario. En las personas con SD es una de las formas básicas de adquisición de las habilidades sociales. Generalmente harán más caso a lo que ven que a lo que oyen, por lo que se ha de tener especial cuidado con los modelos que les estamos dando. Educamos con lo que decimos, con lo que hacemos y fundamentalmente con lo que somos. Entre los adultos está muy arraigada la costumbre de indicar a los demás lo que tienen que hacer pero sin compromiso de cumplirlo uno mismo. Tirar colillas o papeles al suelo, cruzar sin mirar la calle o interrumpir cuando está hablando otro, son conductas que se imitan con facilidad.

Por otro lado, durante la adolescencia, por encima de la importancia que pueden tener los padres como modelos, se encuentran los iguales, es decir, los muchachos y muchachas de su misma edad, los hermanos entre ellos. Su poder como modelos y fuentes de reforzamiento es muy fuerte y ha de ser objeto de especial atención.

3.- Práctica de conducta. La mejor forma de aprender es practicando. Aunque les expliquemos lo que han de hacer y nos vean a nosotros haciéndolo, hasta que no ensayen ellos mismos no sabrán si son capaces de actuar adecuadamente. La consolidación y generalización de las conductas se logra practicando en distintos contextos, en diferentes momentos y ante distintas personas. Es conveniente, por ejemplo, que lo que aprenden en casa, lo practiquen con otros familiares o en distintas situaciones sociales. Por otro lado, las habilidades que se aprenden en una situación artificial pero no se aplican en la vida cotidiana no tienen sentido, además de que se pierden con suma facilidad. La práctica en el manejo del dinero y las compras, la utilización de los transportes públicos o el uso del teléfono cobran todo su valor cuando se llevan al día a día de sus vidas.

4.- Reforzamiento de las conductas adecuadas y “castigo” o retirada de atención de las inadecuadas. Se le felicita o premia cuando se comporta de forma adecuada a la situación y se le riñe cuando su comportamiento no es correcto.
En este aspecto se ha de tener especial cuidado con el reforzamiento de conductas inadecuadas. La atención del adulto es un potente reforzador, y en ocasiones pueden llegar a portarse “mal” únicamente para que se les haga caso. Se tiende, en general, a prestar más atención cuando gritan, tiran cosas o molestan que cuando se comportan de forma correcta (“déjale ahora que no molesta, no se vaya a revolver”). Se ha de ser generosos en los elogios y procurar estar más pendientes de sus conductas adecuadas que de las equivocadas.

5.- Retroalimentación de la actuación  (feedback). Cuando se está practicando una determinada conducta se informa de las partes correctas e incorrectas de la misma. Se ha de insistir siempre en lo correcto, aunque no se han de eludir los aspectos mejorables (“lo has hecho bien, sólo te ha faltado …”).

6.- Moldeamiento o aprendizaje por aproximaciones sucesivas. Es el utilizado en la enseñanza de habilidades de autonomía personal. Se ha de descomponer la conducta en pequeños pasos e ir practicando y reforzando cada uno de ellos, prestando la ayuda que vaya precisando durante el proceso de aprendizaje.


·         ESQUEMA BÁSICO DEL PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO

(Basado en el Programa de Habilidades Sociales de Miguel Ángel Verdugo)
1.- INSTRUCCIÓN VERBAL Y DISCUSIÓN
1.1.- Información conceptual
*      Delimitación y especificación de la habilidad
*      Importancia y relevancia de la habilidad
*      Aplicación de la habilidad
1.2.- Instrucción directa
1.3.- Diálogo
2.- MODELADO
*      Hacer exactamente la conducta que queremos que aprendan
*      Realizarla despacio
*      Repetirla varias veces
*      Con diferentes modelos
3.- PRÁCTICA
3.1.- Role-playing (representación de papeles)
3.2.- Práctica oportuna (en diferentes lugares y en el momento adecuado
- generalización - )
4.- FEED-BACK (RETROALIMENTACIÓN)
*      Reforzar lo positivo
*      Posteriormente, repasar lo mejorable
5.- REFUERZO
6.- DIÁLOGO - DISCUSIÓN
7.- TAREAS PARA CASA

El Programa de Entrenamiento en Habilidades Sociales llevado a cabo en la Fundación síndrome de Down de Cantabria se ha desarrollado durante un periodo de 3 cursos, ocupando el trimestre octubre-diciembre de cada uno de esos años. En la actualidad se incluye siempre como parte del contenido de tutoría de los Programas de Garantía Social y se aplica a grupos desde edades tempranas.

Aunque en un principio se siguieron las directrices del Programa de Habilidades Sociales de Miguel Ángel Verdugo, luego fue preciso realizar algunas adaptaciones, para adecuarlo a la población a la que se dirigía. Como en muchos otros casos, se utilizan como base programas formativos estandarizados que posteriormente se han de adaptar para los alumnos con síndrome de Down. Por ejemplo, muchos programas de entrenamiento en habilidades sociales se centran en el fomento de la conducta asertiva (pasividad – asertividad – agresividad), que no son los idóneos para niños con SD por su componente cognitivo. 


·         PROGRAMACIÓN

            METODOLOGÍA

            La metodología de los programas se basa principalmente en las propuestas de la Modificación de Conducta (Análisis Conductual Aplicado) y en la Teoría del Aprendizaje Social. Se utilizan materiales e ideas de diferentes programas de entrenamiento, especialmente del Programa de Habilidades Sociales (PHS) de Miguel Ángel Verdugo.

            La selección de objetivos se ha realizado en función de su relevancia para adquirir las habilidades sociales necesarias para una integración social lo más satisfactoria posible. Por ello se consideran prioritarios dos aspectos formativos: por un lado, las habilidades de autonomía y habilidades instrumentales precisas para el desenvolvimiento en entornos sociales normalizados y por otro las habilidades de interacción social propiamente dichas, necesarias para sus relaciones interpersonales. En el primer bloque se incluyen, por ejemplo, los desplazamientos (a pie o en autobús), la seguridad vial, la utilización del teléfono, las compras (con atención especial al manejo de dinero) o la cumplimentación de impresos. En el segundo, las normas de cortesía básica -saludos, despedidas, "por favor", "gracias"-, las felicitaciones, las críticas o la participación en actos sociales y recreativos y en sesiones de grupo.

            Se lleva a cabo también y de forma simultánea un entrenamiento individualizado para que cada uno de los alumnos se desplace de forma independiente desde su domicilio hasta los locales de la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, en el medio de transporte más adecuado en cada caso.

            Las características básicas del método de trabajo serán las siguientes:

  1. Trabajo en grupo. Las habilidades sociales, por definición, han de ser trabajadas en grupo, por lo que el programa se desarrolla en pequeños grupos, con un número de componentes entre 5 y 10 personas habitualmente.
  2. Entrenamiento individualizado. Aunque el trabajo es en grupo se atenderá a las características, necesidades e intereses personales de cada uno de los alumnos. Se procurará, por otro lado, siempre que sea posible, que realicen la conducta por sí solos, sin ayuda, o con la menor ayuda posible.
  3. Secuenciación de objetivos, con una distribución progresiva en orden a su dificultad y procurando consolidar cada uno de ellos antes de pasar al siguiente.
  4. Observaciones directas, cuantificación y medida de las respuestas. Análisis objetivo. Conductas observables, replicables y cuantificables.
  5. Evaluaciones repetidas. Establecimiento de una línea-base en cada una de las conductas, valorando el nivel previo, antes del entrenamiento. Valoración de los diferentes niveles alcanzados a lo largo del proceso.
  6. Utilización de los procedimientos, las técnicas y los principios del modelo conductual: reforzamiento, modelado, discriminación, generalización y control de estímulos.
  7. Especial atención prestada al mantenimiento y generalización de las conductas: práctica en la calle, utilización de situaciones de la vida diaria y actividades para casa.
  8. Entrenamiento de las conductas de forma combinada en el aula y en el exterior. Constante referencia a la comunidad o entorno social y al mundo del trabajo.
  9. Implicación de los padres en el proceso de entrenamiento. Se considera imprescindible la colaboración de los padres. Para ello se realizarán varias reuniones informativas y de coordinación con ellos a lo largo del trimestre.
  10. Reflexión individual y a nivel de grupo-clase sobre la propia conducta. Además de ser útil como método de autocontrol y para la generalización de la habilidad, es un ejercicio práctico de memoria.

            En todo caso, se trata de un programa práctico, que intenta servirse de la acción real o simulada el mayor tiempo posible. En algunos aspectos (dinero, lectura y escritura, guía telefónica) precisarán de un apoyo teórico adicional.
           
HORARIO

            El horario diario se distribuye entre sesiones “de laboratorio” en la clase y sesiones en el exterior, en situaciones reales, en contacto directo con el ambiente social del entorno.

La representación de papeles se ha de complementar con una reflexión constante sobre la conducta, tanto previa como posterior a la actuación, en forma de crítica constructiva, individual y en grupo. La actividad en situaciones reales procurará llevarse a cabo, siempre que sea posible, con personas desconocidas o en establecimientos públicos. En todo caso, el horario será flexible.
           

OBJETIVOS

            Además del conjunto de objetivos concretos que se van a relacionar a continuación, se trabajarán de forma constante los siguientes aspectos de carácter formativo general, esenciales para su adecuada interacción en situaciones laborales:

- Capacidad para percibir y comprender el punto de vista de los demás. Se trata de buscar la superación del egocentrismo, tan común entre estos chicos y chicas, teniendo en cuenta a las otras personas.
- Aceptación adecuada de las críticas, como medio de mejora personal, pues partiendo de la opinión de otros, y de la reflexión sobre ella, se puede llegar a una autocrítica constructiva y realista.
- Comportamiento democrático en situaciones de grupo, mostrando un espíritu colaborador y participativo.
- Habilidad para pedir la información que precise, cuando se encuentre en una situación imprevista o desconocida.
- Participación en sesiones de grupo-clase, siguiendo las normas básicas de interacción: pedir la palabra, escuchar atenta y activamente sin interrumpir, respetar los turnos de intervención, etc.
- Percepción de las interacciones sociales desde diferentes perspectivas. La representación de papeles se utilizará para que perciban las distintas situaciones de relación interpersonal desde los distintos puntos de vista de cada uno de los actores (el que pide prestado y el que presta, el que hace una crítica y el que la recibe).
- Se prestará especial atención a los saludos y despedidas en todas las situaciones y a la utilización de "por favor" y de "gracias" cuando se solicita algo.
- Autopercepción y percepción en los demás de los elementos fundamentales del lenguaje corporal: distancia interpersonal, postura correcta, mirada dirigida hacia la cara, sonrisa.

            En todo caso se tratará de formar la adecuada asertividad de los alumnos/as de forma que hagan valer sus derechos sin molestar a los demás.

En cuanto a los objetivos concretos se utilizará la clasificación de M.A. Verdugo abarcando 6 Objetivos Generales. Se busca principalmente incidir sobre aspectos lo más prácticos y funcionales posibles, que les sean útiles de forma inmediata en su desenvolvimiento cotidiano, y en el futuro, en su posible puesto de trabajo.

Objetivo General 1.- Comunicación verbal y no verbal.
1.1.- Muestra conductas verbales y no verbales de "escucha activa" a su interlocutor.
1.2.- En el transcurso de conversaciones, identifica emociones y sentimientos de las otras personas en base a su expresión verbal y no verbal.
1.3.- Dice sus datos personales : nombre y apellidos, dirección, teléfono, edad, fecha de nacimiento, ...
1.4.- Hace peticiones y/o ruegos a otras personas. Comunica sus propios deseos, opiniones, intenciones, emociones, sentimientos.
1.5.- Rechaza peticiones poco razonables que le hacen otras personas. Pide a otras personas que cambien su conducta en un momento determinado.

Objetivo General 2.- Interacción social.
2.1.- Saluda de forma adecuada a distintas personas de su entorno social. Se despide correctamente.
2.2.- Se presenta y presenta a sus acompañantes en las situaciones adecuadas.
2.3.- En situaciones apropiadas, hace elogios y cumplidos a otras personas, y responde a los elogios y cumplidos que le hacen otras personas.
2.4.- Cuando ha cometido un fallo (error), acepta su responsabilidad  y pide disculpas adecuadamente en los casos en que ha de hacerlo.
2.5.- Responde de modo apropiado a las críticas que le hacen. Expresa críticas en los momentos oportunos a la conducta de otras personas.
2.6.- Muestra la conducta adecuada ante las personas que le insultan y ofenden.
2.7.- Llega puntual a las citas, clases y reuniones que previamente ha fijado con otras personas.

Objetivo General 3.- Habilidades sociales instrumentales.
3.1.- Utiliza el teléfono público. Utiliza la guía telefónica y los Servicios de Información para buscar y solicitar números de teléfono. Deja mensajes en un contestador automático.
3.2.- Hace recados y sencillas compras en tiendas próximas, en autoservicios y en distintos establecimientos comerciales.
3.3.- Estando en la calle, solicita la información que necesita. Memoriza la explicación que le dan (Una dirección; ¿dónde hay una cabina, una parada de autobús, un supermercado?; ¿por dónde se va a ...?).
3.4.- Rellena impresos con sus datos personales y familiares.
3.5.- Escribe una carta solicitando algo que necesita o agradeciendo algo que ha recibido.

Objetivo General 4.- Participación en actos sociales y recreativos.
4.1.- Felicita, da la enhorabuena/da el pésame,... en las situaciones apropiadas.
4.2.- Va al cine, teatro u otro acto público o de ocio con amigos y amigas de su misma edad.
4.3.- Se comporta correctamente cuando asiste a fiestas de cumpleaños, bodas, bautizos, etc.
4.4.- Asiste y participa activamente en las celebraciones y acontecimientos escolares y familiares.

Objetivo General 5.- Utilización de servicios de la comunidad.
5.1.- Identifica distintos tipos de tiendas y establecimientos comerciales y nombra lo que se vende en cada uno de ellos : supermercado, pescadería, carnicería, revistas y periódicos, ferretería, etc.
5.2.- Coge el autobús. Identifica las señales indicativas de la parada y discrimina las señales de la línea de autobús que habitualmente utiliza. Espera al autobús. Sube. Utiliza el bonobús o el dinero para pagar el viaje. Muestra la conducta adecuada durante el trayecto.
5.3.- Envía tarjetas postales y cartas poniendo el nombre y dirección del destinatario y remitente. Utiliza los Servicios de Correos para enviarlas.
5.4.- Cuando se desplaza en grupo utiliza adecuadamente la acera y cruza la calle por pasos de peatones señalizados (con semáforo y cebra), siguiendo los consejos de circulación vial.

Objetivo General 6.- Desarrollo del sentido cívico.
6.1.- Comparte y presta sus objetos personales.
6.2.- Se comporta democráticamente en grupo.
6.3.- Respeta las propiedades de los demás.
6.4.- Utiliza las papeleras en calles, parques y locales públicos.
6.5.- Muestra conductas de cortesía y buena educación en distintas situaciones.